22 de julio de 2009

Tengo Hambre

Sobre la taza de café humeante vuela una mosca. Amenaza lluvia, las moscas están pesadas y las gotas a punto de caer. Llueve. Las gotas son limpias, no llegan al suelo. Hace calor.

En la lejanía un perro ladra suplicante, sus ladridos son quejidos lastimeros, está llorando. Alguien va a morir. La muerte está cerca, el animal la percibe y nosotros nos damos por enterados.

Mis lamentos son silenciosos, apenas se perciben, no son lastimeros como los del perro ni suplicantes, aunque existen, buscan camino para escapar pero todos están sin asfaltar y deciden quedarse de momento. Ya veremos mañana.

Salgo de farra con los amigos, bebo demasiado y ya no me divierto, mi estómago protesta y saca lo que comí con ella al mediodía. Mejor así. Ya no me queda nada de ella, ni el recuerdo del pastel de queso. Todo fuera. Quiero que vengas, que me ayudes con mi borrachera y te aproveches de mi cuerpo mientras dormito. Bésame

Me duele la cabeza, el sol amenaza con dejarme completamente ciego. Mi cama está vacía. Ella no está

Preparo un café cargado, se hace tarde. Enciendo un cigarrillo. Te fumo en mi primera bocanada, ya está, ya has entrado dentro de mí. Te necesito, ya te lo dije ayer mientras comíamos aunque no me creíste.

Tengo hambre de ti. Tengo que ir a trabajar

Nuestro amor ha muerto. Descanse en paz

Blondie

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