8 de marzo de 2009

El Carrusel la Fabrica de Sueños

Carrusel de música de maliZia kiss
Fotografia tomada por maliZia kiss

Tengo en mi habitación sobre un mueble una caja de música que es un carrusel, cada noche le doy cuerda y empieza a sonar para Elisa de Beethoven y así noche tras noche me abandono al sueño envuelta por esa melodía. Nunca me canso de escucharla ni de mirar a los minúsculos caballitos dar vueltas y vueltas…

El tío vivo es algo que siempre me ha gustado mucho en mi mas dulce infancia, porque montaba mucho en él, nunca me cansaba de dar vueltas y vueltas, me gustaba ver a mis padres y saludarles con mi manita para enseguida perderles de vista y perderme en el sube y baja del caballo y esperar ansiosa que llegase la vuelta hasta ese lugar donde mis padres me esperaban sonrientes para saludarme y lanzarme besos nuevamente y así vuelta tras vuelta. Cuando terminaba otra vez quería subir y siempre al final me tenían que apartar del tiovivo a la fuerza porque nunca me quería ir.

Cuando crecí, los caballitos seguían ejerciendo en mí una gran fascinación, siempre que veía unos me quedaba atontada mirándolos, era como sentirme trasportada a mi mas tierna infancia, los miraba y nunca podía resistirme a subir y cuando lo hacía sentía que eran como una fábrica de sueños, cinco minutos de felicidad en los que no existía la maldad, ni el horror, ni la muerte, ni la tristeza, tan solo la magia y me dejaba mecer dulcemente en los lomos del caballito mas grande de mirada desafiante. Sobre él me sentía a salvo y daba vueltas y vueltas en el carrusel de la magia y la fantasía sin cansarme. Uno de los que mas me gustaron fue el de Montjuic, recuerdo que cuando llegué estaba anocheciendo y me encontré ante mis ojos toda esa magia envuelta en un halo de luz, era un tiovivo precioso, antiguo y lleno de sueños, fue un encuentro entre los dos absolutamente lúdico, irrepetible que quedó grabado a fuego en mis retinas para el resto de mi vida.

Recuerdo lo enfadada que estuve con Alfred Hitchcock cuando vi por primera vez extraños en un tren la película de la novela de Patricia Highsmith, ( que por cierto es mi escritora de novela de suspense favorita entre mis favoritas, me las he leído y releído todas y me quedo con a pleno sol y ese dulce mal, sin la más mínima duda), pero después de verla juré no perdonar jamás al genio del cine el haber utilizado el carrusel como mecanismo de muerte y miseria.
Me sentía muy pero que muy enfadada con él por mostrarnos la parte sórdida de la vida en un tiovivo y pasé mucho tiempo sin ver ni una película suya pero al final no me quedó mas remedio que perdonarle, tuve que rendirme a la evidencia y admitir que no quería quedarme sin ir de compras con Marnie la ladrona y poder mirar por La Ventana Indiscreta, mientras escuchaba en la lejanía Recuerda, Recuerda…o me sentía atada en Encadenados o muerta de frío buscando mi Rebeca o agobiada viendo como estaba con La Muerte en los talones mientras subía esos interminables Treinta y nueve escalones envuelta en esa Trama y apretando mis puños fuerte y gritando muy bajito y angustiada a Marion, ¡no te duches!, no te duches! que está detrás Norman con su Psicosis.

No quería perderme el proteger mi pelo con mis manos para que no me atacasen Los Pájaros asesinos ni dejar de estar triste cuando oía gritar Atrapa al ladrón, que me caía muy bien, o devanarme la sesera preguntándome ¿Pero Quien mató a Harry? o disfrutar en Marrakech de la sabiduría del Hombre que sabía demasiado y sentir mucho Vértigo siempre bajo la terrible Sospecha o embarcarme en un original matrimonio en medio de un Sabotaje mientras trataba de aferrarme angustiada a eses bote salvavidas para no morir y ser uno mas de los Náufragos mientras luchaba para que no me faltase el aire con esa maldita Soga y admitiendo como no me quedaba mas remedio que decir Yo Confieso aún a riesgo de que me tachasen de Falso Culpable y pretendiesen sacarme de Entre los Muertos, pero eso sí, siempre con un gran Frenesí, que todo hay que decirlo e ideando el crimen perfecto

Al final la vida te demuestra que es muchísimo mejor perdonar y no tener rencor porque si yo lo hubiese tenido con el genio del suspense me habría perdido todas esas excitantes experiencias y jamás me lo habría perdonado a mi misma…

Blondie

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mu txulos tus caballitos y mas txulo tu escrito.
El Txulis

Anónimo dijo...

Encantada de saludarte malizia y ahora me voy corriendo a ver crimen perfecto

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