27 de abril de 2008

El sabor de lo inhumano


La crudeza de la vida, de la enfermedad y de la vejez convierte en inhumanos a todos aquellos que eligieron como profesión la ayuda humanitaria. Si es cierto que desempeñan su papel, casi siempre a la perfección, que utilizan todos los mecanismos a su alcance para emitir certeros diagnósticos y que aplican sus ojo clínico, su tecnología y medicación para salvar al necesitado, pero otra cosa muy distinta ya es la humanidad, esa otra humanidad que todo enfermo necesita y sobre todo aquellos enfermos de cierta edad, de tercera edad los llaman… Maria está sola, se ha roto la pelvis y necesita ayuda, pero los mecanismos del sistema dicen NO. No hay sitio para ella en un hospital. La pelvis se cura con reposo, dicen, pues que repose…,que repose en casa y no le preguntan mas, ya no quieren saber si tiene medios para reposar, si tiene compañía o está sola. Eso ya es cosa del asistente social, dicen, y la largan en una ambulancia a su hogar, sin más contemplaciones…
Luego empieza un terrible caminar entre ruegos y suplicas, para que la asistente social tenga a bien incluirte en su libretita de los privilegiados, de los merecedores de ayuda y consuelo. Si hay suertecilla pues la cosa igual hasta va medio buena y si no la hay, pues... o tienes pasta o estas jodido... Maria ha pasado toda la noche tirada en un pasillo de un hospital de la Seguridad Social, de esa Seguridad Social que todos pagamos, escuchando las penurias de otro enfermos y las regañinas de las enfermeras, mandándoles callar. En ese lugar terrible, huele a muerte y a enfermedad y a vejez, allí no hay clases sociales, ni glamour, solo hay jóvenes y viejos y el que es viejo lo tiene peor, un viejo ya no es bello, sus carnes son flácidas y su cuerpo no huele a fresco, si se ríen no tiene dientes y sus heridas son mas desagradables, sus gritos mas patéticos y mas quejicosos, menos potentes y eso no gusta…
Maria tiene hijos, hijos que la quieren, está pues de suerte, es una privilegiada del abandono de la Seguridad Social, pero ¿y esos otros que sus hijos no les quieren?,¿o que tan siquiera los tienen, que están solos…?¿ podrán sobrevivir en su abandono?.

La verdad es que resulta patético recordar a los políticos llenarse la boca hablando de la sanidad y las maravillas que están haciendo y harán…¿qué hacen?, ¿qué harán?, esto es lo que hacen… listas interminables de espera…hospitales que se caen a trozos…sucios y con muy poca higiene, con quirófanos contaminados…, con cada vez mas diagnósticos equivocados, y encima con esa manía tan cruel que les ha entrado ahora de decirle al enfermo toda la verdad, que vamos, hay enfermos y enfermos y lo que algunos agradecen a otros les hunde y les acelera la muerte, pero eso es algo tan evidente, que no haría falta ni pelear con un matasanos para que comprendiesen que a veces hay cosas que a alguien no se pueden decir, vamos digo yo…(1)

Y un personal humanitario cada vez más deshumanizado…

Ya no creo en estos putos políticos de mierda, que consienten que nuestros mayores duerman tirados en una camilla, en las urgencias de un patético y sucio hospital, ¡¡¡ que les vote Rita !!!, porque lo que es yo, lo llevan clarinete…

Blondie

(1) Copyright maliZia_kiss

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