22 de junio de 2007

DIVORCIO

No quiero que me digas mas veces todas esas cosas tan horribles que me dices, sabes perfectamente que soy así desde siempre y deberías haberlo asumido ya, no entiendo que a estas alturas te sorprendas por algo que es obvio, si quieres hablamos de ello, de nuevo cuando quieras, no me asusta enfrentarme a la realidad, eso también lo sabes, me conoces desde hace años y sabes que soy así, yo no soy culpable de nada y no vas a conseguir que la culpabilidad haga mella en este corazón que solo tiene ahora dolor, conozco tu juego y se que culpabilizándome te sientes mejor, te colocas en el papel de victima y a mi en el de verdugo, pero ya no me volverás a engañar con eso, se terminó todo David, me voy…

Con estas palabras terminaba Paloma una relación de años, estaba muy enfadada y firmemente convencida, que habían terminado, que su relación había muerto. Estaba harta de sufrir en silencio por un montón de carencias, había intentado una y mil veces hacerle ver lo que necesitaba lo que no había tenido, lo que ella estaba segura que él podría haberle dado, si se hubiese olvidado de su propia autocompasión, si no se hubiese aferrado a la idea de un engaño, si no se hubiese aferrado también a la idea de no poder vivir sin ella, si no se hubiese aprehendido a esa idea con obstinación e incoherencia, esa idea que el mismo había ido forjando en su mente día tras día…si no hubiese sucedido nada de eso, tal vez se hubiesen salvado…

Ahora su decisión era irrevocable, nada ni nadie la convencería de lo contrario, había decidido acabar con todo, a pesar de que ese todo le pesara tanto, a pesar de las presiones sociales en las que se veía envuelta, así que a David no le quedaba otra, tenía que aceptarlo, asumir y asimilar que ella ya no sería nunca para él.

No quería caer en la trampa que caían la mayoría de las parejas que se rompen, no quería convertir su relación de años en una transacción comercial, en una lucha por poseer las pocas cosas que tenían, prefería marcharse sin nada, después de todo, todo aquello que tenían, que habían ido atesorando, eran recuerdos de un pasado y solo quería mirar hacia el futuro, si es que había futuro, así que no pensaba luchar por nada que le trajese recuerdos de un pasado que fue feliz, que contenía momentos maravillosos con instantes de verdadero amor, a pesar de los otros, tan tremendamente dolorosos...

Ahora el amor se había convertido en indiferencia, que es el peor de los desamores, y no quería seguir así ni un solo día mas.. David no lo entendía, pero las cosas estaban así, el pensaba que había otro hombre en su vida y por mas que había intentado sacarle de su error, no conseguía que lo entendiera, le había explicado que eso no era cierto, que solo buscaba estremecerse de nuevo, pero que no lo había conseguido… Se le había metido en la cabeza que le engañaba con otro, que se veían a escondidas, no quería procesar lo que ella le explicaba una y mil veces cuando le decía…¿no te das cuenta que todo lo que pienses o imaginas no es en absoluto real?, ¿que yo solo te he amado siempre a ti?.

Habían pasado días y días, meses y meses dándole vueltas a la misma idea sin profundizar en el autentico menoscabo de la relación, a pesar de la cantidad de veces que ella le había intentado explicar lo que sentía, David estaba empeñado en maquillar el fracaso con una infidelidad, era mas cómodo entender una infidelidad que un fracaso, era mas asimilable y menos duro de aceptar, con una etiqueta de “cabrona” se resolvía el asunto y así no tenía que enfrentarse a su propia frustración, a la cruda realidad de darse cuenta que tal vez él no había hecho nada, cuando ella le decía hasta la saciedad que estaba harta de ser como los demás querían que fuese…que necesitaba aire, que se ahogaba…

Cuando firmaron la sentencia Paloma lloraba en silencio, sentía que su vida se rompía a trozos, todos esos años que habían vivido en común…ella se hizo a su lado, creció junto a él, fue modelando su personalidad mientras él la acompañaba, incluso había momentos en los que llegó a pensar que él la estaba educando…juntos habían pasado momentos increíbles, lo poco que tenían lo habían construido juntos, habían vivido el final de su adolescencia, los nervios de sus exámenes y de su primer trabajo, los tiempos que no tenían dinero para nada y a pesar de eso eran felices y viajaban con lo puesto, y muchos otros momentos inolvidables y otros terriblemente tristes, llenos de sinsabores, de penas y algunos tremendamente tensos llenos de ansiedad y de angustia. y ahora con unos trazos temblorosos en un folio mecanografiado, con una firma dubitativa y llena de vacilación, ante un ajeno, daban por finalizada una relación de años…y dolía, dolía mucho…

Dolía…

Se estaba ahogando, le dolía demasiado…lloraba de rabia y de impotencia, de pena y de dolor, de tristeza y de angustia, lloraba porque él había sido todo lo que había tenido y ahora empezaba una vida sin él…Al fin y al cabo era lo que ella quería, y esta vez, contra viento y marea había conseguido llevarlo hasta el final, a pesar de todo y de todos…al menos se llevaría, como único equipaje, la satisfacción de hacer una vez en su vida lo que creía que quería hacer…

Y así finalizaba la historia de un amor, una historia que les dejaba secos, sin alma, sin esperanza…cada uno con sus carencias, con sus temores y sus dudas, con su desencanto y su tristeza, con su amor lleno de desamor y con la firme creencia de ser cada uno el que poseía la verdadera razón, su verdad, su autentica verdad…

Al salir del juzgado se miraron a los ojos durante un interminable rato, en silencio, sin decir nada, porque ya nada quedaba por decir, todos los insultos y los reproches ya se los habían regalado, ya solo quedaba el silencio, un silencio lleno de palabras…

Y ella se alejó despacio por la calle, pensativa, llorosa y sintiendo que “no sentía” que se había quitado un peso de encima, que no sentía la liberación que había imaginado…

Paloma…, Paloma…, David decía su nombre desde lejos, siguió caminando pero… se volvió y él estaba allí a su lado, se cogieron de la mano en silencio, sin mediar palabra y se perdieron entre las calles, abrazados… mientras le susurraba al oído, no puedo dormir contigo, soy una mujer soltera….y David le decía bajito, veremos como te convenzo para llevarte al huerto, pellizcándole el culo por debajo de su abrigo...

Blondie

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