25 de abril de 2007

Solo pienso en ti


Se había quedado encinta después de muchos avatares y ahora mimaba su vientre con autentica pasión, lejos quedaban ya los días en que visitó clínicas y doctores, aquellos días amargos en que obtenía un no por respuesta, cuando preguntaba si podría concebir.

Atrás quedaron los días de las inseminaciones y las probetas, atrás la pruebas médicas y la inquietud esperando los resultados. Ahora su vientre estaba lleno de vida, latía y sentía las patadas de su hijo dentro de ella. Y ya le quería…hablaba con el continuamente y le contaba sus cosas. Tenía grandes proyectos para él o para ella, porque aún no sabía si era varón o hembra. Todo lo que le rodeaba había pasado a un plano secundario, solo le importaban los latidos de su vientre y la vida que sentía dentro.

Acudía puntualmente a todas y cada una de las revisiones, obedecía como una colegiala las prescripciones del tocólogo y cuidaba su alimentación con esmero, quería que todo fuese perfecto.

Llegó el día en que tuvieron que hacerle una punción, lo habían pensado mucho, pero no querían correr riesgos, todos les aconsejaban hacerla y al final aunque no muy convencida, claudicó y se dejó pinchar con aquella aguja, dejó que atravesarán la bolsa y llegaran a su pequeño, que tomaran una muestra y la analizaran…

Cuando llegó a casa sintió que sus piernas se mojaban, un líquido acuoso, resbalaba por ellas, mojándolas y formando un charco en sus pies. El doctor le dijo que su bolsa de líquido amniótico se había vaciado…que se había formado un poro extraño en ella y que por allí se perdía el líquido y la mandó a la cama…dos meses tardó en regenerarse el líquido, dos largos meses en los que ella vivió torturada preguntándose cual sería el resultado del análisis y diciéndose una y mil veces ¿lo mataría si fuese positivo?, ¿lo mataría después de sentir su vida?.

Recuerda el día que llamó para que le dieran el resultado, no quería escucharlo…no quería tener que decidir sobre otra vida.. ¿quien era ella para eso?, ¿cómo se le había ocurrido hacer semejante cosa, semejante prueba?, ahora se encontraba ante el dilema de saltar de alegría ante un resultado perfecto o matar la imperfección…no quería saberlo…no quería llamar…no quería tener que decidir eso…no tenía que haberse hecho esa maldita prueba…así que colgó el teléfono…

Rompió con saña la tarjeta del lugar al que debería llamar, desconectó su teléfono para que nadie le dijera el resultado y se dispuso a vivir su embarazo en toda su intensidad…

Solo supo lo que quiso saber, que era una niña…

Cuando rompió aguas fue al hospital, con su cestita y sus primeras contracciones, soportó estoicamente cada dilatación, con ese desgarrador dolor que la estaba rompiendo por dentro, estaba muy asustada pero pensaba en su hija y sacaba fuerzas de donde jamás pensó que pudiera tenerlas.

Ya en el paritorio, sintió como la cabeza de su pequeña empujaba con fuerza para ver la luz, ella sentía ganas de apretar, quería ayudarla y quería tenerla junto a ella, olerla…fueron momentos intensos y duros, angustiosos y placenteros a la vez, desgarradores…pero llenos de vida…

Al fin oyó como su pequeña lloraba, mientras sentía que se le iban las fuerzas, pero aun le llegó desde la lejanía un ruido sordo antes de desvanecerse… y supo mas tarde que entre los dedos a su padre como un pez se le escurrió, como cantara Víctor Manuel...

Blondie



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