3 de enero de 2007

MENTE, una estancia con nombre de mujer....

Cuando quiso darse cuenta que su mente era un absoluto caos, ya era demasiado tarde….Comenzó a repasar todas y cada una de las estancias que la componían, preguntándose, por que se había desbaratado súbitamente una labor de años…

A lo largo de su vida había ido construyéndola, poco a poco, por ella misma,sin necesidad de ayuda de terceros, simplemente había ido tomando lo mejor de cada uno de ellos, lo que las gentes le habían ido regalando y lo había hecho suyo para construir, junto con sus vivencias una férrea y sólida estancia, o al menos eso creía…ni siquiera había precisado hipotecarla para seguir construyendo, no habían cuotas de hipoteca, cuando podía construía y cuando no tenía, paralizaba la construcción para mas adelante.

Y así había conseguido una gran estancia bastante confortable, con espacios muy bien delimitados, bastante definidos e iluminados. La estancia principal,la mas grande de la gran estancia llamada "Mente", era el salón, en el pasaba ratos de tertulias con los amigos, momentos de verdadera satisfacción en los que entre risas y complicidades intercambiaban ideas y disfrutaban charlando. A un lado del salón estaba una de sus estancias preferidas, la biblioteca, en la que pasó momentos muy gratificantes, tenía una librería de pared y en ella estaban colocados todos y cada uno de los libros que había ido leyendo, siempre que entraba los miraba y los mantenía limpios, incluso alguna vez tomaba uno al azar y lo releía, era esa su estancia, un lugar en el que podía desarrollar la imaginación y el ingenio, un espacio que le hacía pensar y soñar, un lugar suyo, muy suyo, en el que se permitía soñar con policías y ladrones, con mujeres de vidas rotas o de dudosa reputación o de descarada mojigatería y con hombres desesperados, o cobardes o malos o con hombres y mujeres con vidas extremas, con amores y desamores, con depresiones y tristezas, con iras y soberbias,o con perturbados,o con personajes que fueron por sus vidas, por sus hazañas, por sus valentías y ya no viven,o con los míticos asesinos de la historia...;¡En fin¡, con un sinfín de historias,algunas hermosas, otras truculentas, otras inquietantes,otras llanas... vidas comunes de gentes comunes...; Historias pués que ella iba haciendo suyas para jugar con su imaginación sin poner límites y disfrutar de lo imaginado, pero últimamente estaban polvorientos y no se sentía con fuerzas para desempolvarlos…

Otra de las estancias era su habitación, esa si tenía un espacio absolutamente delimitado, cuatro paredes y una puerta maciza y cerrada, que solo podía abrir ella, a quien ella quisiera, un lugar para el descanso del fatigado cuerpo y del alma, un lugar para charlar y sentir, para soñar y pedir, para recrearse en los instintos y darles rienda suelta, pero ahora en ese espacio se habían colado, de una forma intrusa, y ya ni encontraba la llave para cerrar la pesada puerta, de nuevo.

Otra estancia era la habitación que ella llamaba, del sentido común, de la responsabilidad y todo eso, la habitación en donde podía desarrollar cualquier tipo de actividad relativa a su trabajo, con la satisfacción del deber cumplido, de haber hecho un buen trabajo, de haber sido correcta.

En otro extremo estaba la cocina, ese espacio para disfrutar, creando y cocinando, mezclando ingredientes con inteligencia, vista y amor, muchísimo amor, para poder mimar sus guisos y obtener algo, “rico rico” , como diría un famosísimo cocinero vasco, que no diré su nombre, por no hacerle ya mas publicidad, solo os diré que en su apellido hay una españolisima “ ñ”, si os vale esa pista… Al lado está el baño, uno de los pocos lugares que también es de ELLA, con mayúsculas, y que es de los que menos dañados ha quedado, aunque reconoce que ya no disfruta como antes, al sentir como el agua templada se desliza por su piel, y es que ahora eso ya, como que le sabe a poco, pero si disfruta despertando sus sentidos con los maravillosos aromas de los tarros que va abriendo y oliendo con verdadero deleite.

En un rinconcito está, lo que ella llama, “su espacio informático”, ese espacio en el que se desarrollan por mil las sensaciones y los sentidos, en el que siempre se encuentra una letra amiga con la que intercambiar una idea y discutirla, letras virtuales plasmadas en una pantalla por manos reales, por mentes que piensan a dos mil por hora y corazones que laten a cinco mil revoluciones…

El pequeño porche, que ocupa un espacio de su mente, está construido para reír, para reír a carcajadas y disfrutar haciéndolo, espacio para lo más divertido, para esas ganas de sentir que la vida verdaderamente en algunos momentos es francamente bella…ahí si que se lo pasaba bien…pasó muy buenos ratos…

El rinconcito de las medicinas siempre está cerrado ahora, y es que entre tanto caos, tanto sentir y pensar, pues ya no queda tiempo para la enfermedad, mira que bien, eso que ha ganado…

El rinconcito oscuro, ese si ha crecido, se ha vuelto mas negro y da mas miedo, no puede entrar nadie en el, porque ella se niega, en él ha ido metiendo todas sus tristezas y amarguras, sus carencias y necesidades, sus iras y sus miedos, su parte mas negativa, que guarda con recelo, sin permitir que nadie atraviese ese umbral, no quiere reconocer lo que le falta, no le apetece explicar al resto de la humanidad sus imposibles deseos, así que los guarda en ese lugar oscuro, para ella, sabiendo que jamás nadie lo sabrá…

Y aún le quedan muchísimas mas estancias, que no podría relatar pues invertiría muchísimos folios y no es plan de aburrir al personal…, como por ejemplo, la estancia de las adversidades…o la de las carencias…o la de las lágrimas, que es una estancia húmeda que hace que al salir de ella se sienta muchísimo mejor…

A menudo adornaba sus estancias con un cuidado exquisito, las inundaba de rosas que sacaba de la estancia de su jardín, de su jardín de rosas, que era otra estancia en la que invertía su tiempo para regarlas y para mimarlas y cuando encontraba algún tallo dudoso, pues lo cortaba y lo arrojaba con fuerza fuera de su mente, sin el mas mínimo pudor…

Pero ahora su mente es una coctelera de estancias mezcladas e indefinidas que quiere recolocar sin saber muy bien como lo hará…

Una gran estancia invadida de endorfinas, alborotadas y rebeldes…..


Blondie

3 comentarios:

lahijadelchaman dijo...

La mente de una mujer.
estoy segura de que son muchos mas los espacios que oculta que los deja ver.
un beso

mar dijo...

Me ha gustado mucho el modo de describir los espacios de la mente. Además estoy deacuerdo con taniaa en que son muchos mas los que ocultamos que los que dejamos ver. Yo además añadiria otro espacio, el del corazón, en el que por más que lo intentamos es imposible mandar. Una puede pensar que lo tiene todo más o menos controlado, más o menos superado, más o menos admitido, pero basta una chinita en nuestro camino para demostrarnos que no es así, que nos daremos de bruces con la realidad al menor descuido por nuestra parte.
En cuanto a las maravillosas endorfinas... pues que no nos falten y que sigan reinando en esa estancia del corazón donde están rodeadas de amor y de deseo, de cariño y de amistad, de alegria y de buenos deseos.
Un beso
mar

Oskuridad dijo...

Yo tengo un rinconcito oskuro exactamente igual a ese.

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